En los últimos años, hemos experimentado transformaciones en niveles económicos, políticos, sociales, pero especialmente la revolución tecnológica ha sido especialmente impactante.
Así, la digitalización en las empresas ha dejado de ser una opción para convertirse en una obligación. La transformación digital implica una reinvención corporativa, que va más de la tecnología, implica un cambio de paradigma cultural.
En Art Marketing comenzamos con esta transformación ya hace unos años. En un principio no fue fácil, pero pusimos los pilares para la mejora del desempeño futuro. Quiero destacar algunos de nuestros primeros pasos:
- Análisis de la situación: no había duda, o lo hacíamos o moríamos.
- Entender al cliente: la generación que toma las decisiones estaba cambiando, era necesario adaptarse a sus necesidades.
- Cliente y tecnología: aprendiendo por delante… ser abanderados. Una consultora como Art Marketing, que está en contacto con la innovación de las empresas, no podemos estar ajenas a las tendencias, muy al contrario, tenemos que explorar estos caminos y poder guiar a nuestros clientes… se hace camino al andar, y nosotros hemos dado los primero pasos para poder ayudarles con nuestra propia experiencia.
- Plan de actuación: Decidimos tener 6 meses de prueba para evaluar opciones.
- Constituir equipos: en la fase inicial, vimos unas 8 opciones, después deevaluar aspectos como usabilidad, alcance y precio (muy importante para una pyme) seleccionamos 3 y les invitamos a que vinieran a hacer una demo para todo el equipo. Un proceso como estos en los que se implica no solo a la tecnología, sino también a los procesos y a las personas, cuanto más cabezas estén pensando, menos probabilidades hay de equivocarse, especialmente cuando nosotros estamos tomando decisiones que va a afectar a todos las personas de la compañía, así que hay que tener en cuenta también sus opiniones.
- Implementar medidas: La implementación duró 6 meses, además de un año en pruebas con sistemas duplicados.
- Medir: empezamos ahora así que es pronto para valorar… pero por ahora, estamos felices, por fin podemos ver los hilos invisibles que mueven nuestra actividad! Sí, suena a magia, el conocimiento, siempre tiene un componente demisterio, mientras está oculto, y luego se nos revela… pues para nosotros esta digitalización está siendo como un “despertar”
Todo esto ha supuesto para mí y para mi equipo algunos retos y muchas enseñanzas nuevas que nos convirtieron en algo mejor de lo que esperábamos. Cabe destacar que entendimos que el cambio debe venir impulsado desde arriba. Los directivos han de dar ejemplo, y ser resilentes ya que hay momentos en los que el tiempo invertido no se traduce en resultados. Sin embargo, tirar la toalla no era una opción.
Cuando los beneficios de la transformación empezaron a ser visibles, percibimos que nuestra gestión con clientes internacionales se había implementado, y, además, nuestro posicionamiento y percepción en el mercado era mucho más interesante. Ahí estaba uno de los réditos de haber apostado por mejorar la capacidad de innovación.
Por otro lado, desde un punto de vista interno la organización de los proyectos mejoró notablemente. Podíamos integrar de una mejor manera todos los aspectos de producción, desde los comerciales hasta el reporte de resultados.
Sin embargo, el miedo estuvo presente a lo largo de todo el proceso. Es inevitable que cualquier cambio generé ciertas angustias. En mi caso, uno de los mayores desasosiegos fue entender que, aun sabiendo que era una inversión, la rentabilidad era incierta, y que al ser un trabajo 100% en equipo, si una sola persona fallaba, entonces lo hacía todo el sistema.
Ahora, he de reconocer que he aprendido que equivocarse, no solamente se traduce en malos resultados, sino que abre la mente a la posibilidad de hallar nuevas oportunidades. En definitiva, solamente no se equivoca quien no hace nada.
Por Beatriz de Andrés, CEO de Art Marketing