Content Marketing ¿Sólo una nueva etiqueta?

En los últimos 25 años los cambios en las formas de comunicación han sido exponenciales. A principios de los noventa, sin ordenadores, sin teléfonos móviles, sin mails, y por supuesto, sin redes sociales, los periodistas trabajábamos en la era analógica preocupados por crear contenidos interesantes para nuestra audiencia. Un periodista preguntaba, confirmaba, contrastaba… contábamos historias y tratábamos de que fueran de interés para el mayor número de personas posible.

Era raro que la audiencia opinara o interactuara más allá de las cartas al director, que claro está, llegaban por correo postal, o como máxima modernidad, por fax.

Los canales de comunicación se han ampliado, la velocidad ha aumentado, los emisores de la información no sólo son periodistas y la exposición de los mensajes se ha acortado en el tiempo porque la cantidad de interacciones. Pero a pesar de todo ello, y que parezca imposible, lo importante, lo esencial… es lo mismo:

Contar buenas historias.

De ahí que el moderno Content Marketing del que todo el mundo está hablando como la última Coca-Cola del desierto, sea una etiqueta para identificar la esencia de siempre, con las herramientas de ahora. Contar buenas historias para resultar interesantes para el mayor número de personas posible.

A partir de ahí, lo añadido: estudiamos, analizamos, identificamos, creamos y difundimos relatos sobre las marcas para ofrecer a la sociedad las buenas noticias de las organizaciones. Lo que nos ha aportado es la estrategia y la visión más holística de la marca. Pero, sobre todo, generar conversación. No es sólo contar, sino escuchar y hacer que también cuenten los demás.

El marketing de contenidos es crear información con un valor diferencial y valiosa para ganar visibilidad y compromiso hacia la organización. Porque el objetivo de la nuevo marketing no es sólo vender hoy o mañana, sino seguir vinculados con los clientes para los siguientes años y ofrecerles la posibilidad de conocer más allá de lo evidente. Que puedan tomar las decisiones de compra más responsables que nunca antes en la historia.