Por Leire Navaridas Zomeño, Consultora Senior en Art Marketing
En el marketing no todo vale. Eso lo sabemos ya todos. Es una cuestión de principios. Y aunque nos fijáramos exclusivamente en la parte de negocio, la respuesta sería la misma: No todo vale. Además, la realidad y la experiencia demuestran, cada vez más, que lo que es bueno para todos es también bueno para los negocios. El consumidor, sea privado o corporativo, se está volviendo cada vez más responsable, por eso la demanda de coherencia a las empresas va en aumento. Y si no, las Redes Sociales se harán cuenta de dichas demandas.
La sostenibilidad, la transparencia, la RSC, la economía circular, … son conceptos, bases, valores, conductas, filosofías o como las queramos llamar, muy presentes en el mercado. Tanto que deberíamos revisar algunos usos. Como el que venimos a tratar en este artículo.
Y es que nos ha llamado la atención en el equipo de Art Marketing el número de e-mailings que hemos recibido de ofertas para comprar, precisamente, con motivo del Día de la Tierra. Sabemos de la utilidad de ciertos días conmemorativos para promover o incentivar el consumo, pero justo que se haga en el Día de la Tierra es bastante curioso por la paradoja que representa.
Si nos vamos a un nivel muy básico, consumimos para no morir. Compramos alimentación, ropa, suplementos, medicamentos, … dicho en positivo, para vivir. Y en este siglo XXI, para hacerlo de la forma más cómoda posible, también vehículos, electrodomésticos, tecnología, etc. Ahora bien, desde hace unos años -pocos- empezamos a ser conscientes de que la calidad del aire, de la tierra, del ecosistema, son fundamentales para la subsistencia. De ahí que la sostenibilidad y el cuidado de los recursos estén tan en primer plano. Tras muchos años de lucha ecologista, ¡lo hemos pillado!: o cambiamos el modelo productivo, los hábitos de consumo y la legislación, o poco nos queda de vida. De hecho, y como uno de los cientos de ejemplos del estado en el que nos encontramos, el número de especies extinguidas o en peligro de hacerlo no para de crecer.
Pero volvamos a la cuestión. ¿Es una buena idea usar el Día de la Tierra como reclamo para llamar al consumo? Independientemente de que lo hagamos en alusión a productos más sostenibles o ecológicos.
Por ejemplo, una conocida marca de dispositivos móviles y ordenadores ha hecho una campaña de comunicación cambiando el color de su archiconocido logo y apelando a este gran día. Claro está que cuenta con suficiente solvencia como para manejar todo tipo de estrategias comerciales. Celebro enormemente que esté integrando materiales reciclados en sus productos en lugar de seguir empleando materias primas obtenidas de países en desarrollo muy vulnerables. Sin embargo, me hubiera gustado mucho que en un día como hoy hubiera presentado su apuesta por un cambio en sus diseños para que sea más fácil y económica la reparación de sus dispositivos o la sustitución de las piezas dañadas, por ejemplo.
Lo mismo pasa con algunas marcas de ropa que sacan mensajes en sus prendas, pero que no se plantean si la prenda en cuestión es necesaria, duradera, reciclable y fabricada con los mínimos recursos. O la industria del turismo, que para ir a parajes vírgenes hay que ir en avión generando una alta huella de carbono.
En mi humilde opinión, si queremos honrar este día, y por lo que se ha creado, sería bueno llevar a cabo otro tipo de campañas, y no solo en el marketing, la comunicación o la publicidad, sino en la fabricación, la elección de materias primas, el embalaje, el transporte y distribución… Como empresa vamos a ser mucho más valorados si apostamos de forma auténtica por la lucha ante el cambio climático que si lo hacemos solo de escaparate.
Aumentar beneficios a costa de la salud del Planeta y sus habitantes es, en cualquier caso, la peor estrategia posible a largo plazo. Y actuar pensando solo en el corto y medio plazo es muy poco admirable. Compañías del mundo: ¡si queréis vender en verde, pensad en verde!