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De tú a tú con el marketing digital

Tengas la empresa que tengas, desde una pequeña marca de papelería hasta una gran multinacional, seguro que te has enfrentado al reto de darte visibilidad en este mundo tan cambiante del marketing digital.

El primer paso, si quieres iniciarte en él, es el análisis. Sí, quizá sea muy tópico empezar de esta manera, pero es uno de los pasos más importantes si quieres que tus campañas logren los resultados que quieres.

Debes analizar tu marca. Por un lado, definir quién eres y a quién o quienes te quieres dirigir, sexo, edad, localización geográfica, qué intereses debe tener el perfil que buscas, etc. Y, en segundo lugar, hay que estudiar tanto tus puntos fuertes como tus puntos débiles. Aquello que llamamos análisis DAFO y que determina de dónde se parte:

  • Debilidades: limitaciones, obstáculos para el desarrollo, carencia en los recursos o capacidades.
  • Amenazas: circunstancias desfavorables para la implantación o desarrollo que puedan reducir la efectividad.
  • Fortalezas: cualidades positivas, virtudes y aportaciones que posibilitan el desarrollo.
  • Oportunidades: circunstancias o sistema externo que es potencialmente favorable para conseguir los resultados.

Para las debilidades y las fortalezas hay que tener en cuenta los recursos y los elementos distintivos que potencian la marca. Poniendo atención en todo aquello externo que pueda afectarla, de uno u otro modo, en este caso nos referimos a las amenazas y las oportunidades. Éstas provienen de la situación del mercado, de la época del año en la que nos encontramos, de cuestiones que intervienen en el público al que queremos dirigirnos, etc.

Este análisis previo te ayudará a armar un plan de actuación y definir en qué plataformas desarrollarás tu campaña (Google Ads, Facebook Ads, Instagram Ads…). Este ejercicio previo te ayudará, también, a conocer mejor en qué punto estás y de qué manera puedes potenciar aquello que demandas según el momento.

Y para lograr unos buenos resultados a largo plazo, tendrás que asentar tu marca, productos o servicios en la mente del consumidor. Para ello, en marketing digital utilizamos lo que llamamos “embudo de conversión”.

Describiendo el embudo de conversión

Imagina una pirámide invertida en forma de embudo, la intención es que aquello que cae en el embudo vaya pasando de forma ordenada y sin que nada se caiga del recipiente que tienes debajo. Lo mismo pasa con tus campañas solo que en este caso, son clientes potenciales o leads los que deben pasar por dicho embudo. Te estarás preguntando, pero ¿cómo sé yo cuales son mis clientes potenciales? Pero… ¿aún no lo sabes? ¡Eso significa que el primer punto no lo has tenido muy en cuenta!

Para empezar, no necesitas volverte loco sabiendo qué come tu público objetivo (o sí, quizá seas una marca de comida a domicilio o un restaurante), a lo que me refiero es que sabiendo las edades, localización y sexo puedes comenzar, del resto ya se encargará el embudo de conversión.

El embudo de conversión consiste en tres importantes pasos:

  1. Generar notoriedad de marca.

Este es el primer y más grande apartado de nuestra pirámide invertida.

Todos estaremos de acuerdo en que antes de querer vender necesitamos que nos conozcan. Nadie va a comprar algo o contratar un servicio que acabe de conocer y de lo que no haya oído antes. Tenemos que crear una malla de contenido en la mente de los usuarios para que retengan nuestra marca en su subconsciente de manera involuntaria.

Por eso, al determinar la audiencia está bien que no limitemos mucho nuestro abanico de posibilidades pues gracias a los algoritmos de Google y cómo respondan ante esta primera campaña podremos ir afinando poco a poco.

  1. Consideración.

Llegamos al segundo punto. Una vez que nuestra audiencia nos conoce queremos que nos tenga en cuenta en sus elecciones de compra. Para ello, utilizaremos llamadas de atención o les atraeremos para que de alguna manera mantengan el contacto con nosotros de forma voluntaria: suscripción a newsletters, visitas a artículos de nuestro blog, generar debate en algún post, etc. Esto no solo hará que se afiance tu relación con ellos, sino que te permitirá recoger información valiosa para más tarde poder dirigirte a ellos de forma más precisa.

  1. Conversión.

Último punto, llegamos a la parte estrecha del embudo. Las personas a las que irán dirigidas este tipo de campaña distan mucho de las que veían las primeras. ¿Por qué? Porque hemos afinado en la descripción de la audiencia. En este punto, solo estarán aquellas personas que hayan interactuado con nosotros. Esta interacción puede ser desde un me gusta, un comentario, visita a la web o contacto. Tu decides que es lo que va mejor con tu estrategia.  ¿Qué conseguimos con esto? Dirigirnos solo a aquellas que tienen más posibilidades de comprar nuestro producto o contratar nuestros servicios.

Seguir estos 3 pasos te ayudará mucho a crear tu estrategia de marketing. Dedica tiempo a estudiar los resultados de cada una de ellas, genera contenido de valor y estate muy pendiente de lo que se hace en el día a día. No te olvides que puedes combinarlas entre si para fortalecer tu visibilidad, y sobre todo, que esto no es una ciencia exacta: cada empresa y público son un mundo.  Rodéate de un buen equipo de trabajo y ponte a ello. Estoy segura de que teniendo en cuenta estos consejos te acercarás mucho a lo que quieres conseguir.

Por Patricia Alejandro, Digital Marketing Consultant en Art Marketing

 

 

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