La necesidad de renovarse es innata y llegar a las dos décadas supuso el empujón definitivo para dar un paso adelante: rediseñar y actualizar lo que proyectamos al mundo. Había unos mandamientos clave: conservar nuestra esencia, lograr más frescura y, sobre todo, crear un estilo propios, respetando la máxima de menos es más.
El análisis que nos condujo a las entrañas de quiénes somos, de dónde venimos y hacia dónde queremos ir. Había que buscar un hilo conductor que fuera capaz de sintetizar nuestra esencia, que fuera entendible y que supusiera un concepto campañable. Y una tarde, en la sobremesa lo vimos claro. El café, su significado, su simbología y su impacto en el día a día de los negocios, era el elemento que buscábamos. Porque el café es un mediador de buenas conversaciones y de reuniones de negocios, y, además, es un agente socializador. Pero también porque es una muestra de la personalidad de cada individuo (fuerte, decaff, de comercio justo…), como también ha de serlo la comunicación corporativa de las organizaciones.
¿Cómo lo llevamos a la práctica? Se integraron nuevos colores y nuevas tipografías para dar el toque de modernidad. Dentro de este trabajo, contemplamos una tarea más que nos daría el halo de exclusividad que buscábamos: la realización de una iconografía propia. El resultado que nos enamoró a todas y logró el objetivo que tanto buscábamos: una imagen que mostrara los 20 años de experiencia con una personalidad inimitable.